por Arlette Gwion Jue Mayo 28, 2009 4:44 pm
CAPITULO 3
Sonrisas
- ¡Sangres sucias! ¡Asquerosas alimañas! - gritaba la señora Black.
- Ya vengo - dijo Sirius cansinamente, yendo hacia el retrato de su madre.
Tonks se quedó parada allí, balanceándose un poco de atrás hacia delante sobre sus pies con una leve sonrisa. El amigo de su primo le llamaba peligrosamente la atención.
- Soy Remus Lupin, un placer - le dijo. Tonks estrechó su mano -. Tonks ¿no?
La chica asintió y le dedicó una sonrisa mas ancha.
- ¡Tonks! - Dijo Sirius desde el vestíbulo mientras arrastraba las valijas de su prima- ¿Piensas quedarte mucho tiempo?
Ella se asomó por la puerta.
- Eh… pensaba pasar aquí unos días, si no te molesta.
Remus se paró detrás de Tonks para mirar también a Sirius. Su aliento golpeaba la oreja izquierda de ella, que reprimió un escalofrío que poco tenía que ver con el clima.
- Ah ¿Sí? - dijo Sirius.
Tonks se apresuró a tomar sus valijas.
- Si no hay lugar, puedo volver a mi casa - dijo escéptica.
- Claro que hay lugar- repuso Sirius. -. Puedes usar una de las habitaciones de arriba.
Las semanas siguientes fueron un poco incómodas para Remus. Olvidando la presencia de Tonks en la casa, a veces bajaba en ropa interior y bata, hasta que entraba a la cocina y la veía sentada con una taza de chocolate caliente y sonriendo.
También, Tonks era muy desordenada. Y hubo ocasiones en que al entrar al baño, se encontraban con un bulto de ropa que ella había dejado luego de bañarse. Cuando Sirius se lo hizo notar con cierto sarcasmo, la bruja se ruborizó.
Remus tenía que admitir que le divertía escucharla en su habitación, cantando a los gritos por la tarde, mientras él leía El Profeta. Tonks tenía que admitir que le gustaba observarlo de reojo mientras tomaba su taza de té por las mañanas, sin despegarse del periódico.
Remus y Tonks no tenían mucho contacto. Al principio, apenas se hablaban. Se comunicaban con sonrisas. Tímidas, burlonas, cordiales. Simplemente, sonrisas.